domingo, 29 de enero de 2023

 

NUESTRA AMISTAD

 

-¡Levántate, tenemos que subir la escalera!- me ordenaba una voz femenina un tanto enfadada. Alcé la mirada y contemple su cara de preocupación. -¿Cómo lo hago amiga?- contesté totalmente abatida, -la vida ha girado a tal velocidad que he perdido el rumbo, me encuentro sin fuerzas en este momento, continúa el camino sin mí-.

Carla era un amor de chica, algo testaruda y brusca a la hora de comunicarse pero poseía el tesoro mas grande que una persona puede tener, conocía muy bien el significado de la palabra amistad.

Cada día sin falta, llamaba a la puerta de casa en las mañanas y milagrosamente conseguía que me quitara el pijama del día anterior, logrando así, que escalara el primer peldaño de esa enorme y oscura escalera en la que se había convertido mi existencia últimamente. Yo me apoyaba en ella, en sus abrazos que me reiniciaban, en sus consejos y en la alegría que desprendían sus ojos negros azabache. Después de mucho tiempo, gracias a su paciencia y cariño conseguimos alcanzar juntas la cumbre que tan lejana se veía en un principio para mí.

Aquella mañana Carla no me llamo como lo hacía habitualmente, tampoco contestaba el teléfono, pero no me fue dificil encontrarla en nuestro sitio de siempre, ese que sabía de todos nuestros secretos. La descubrí sentada en un banco de piedra improvisado, abrazada por centenares de olivos, con la mirada perdida en el infinito, ¿Qué había pasado con la chispa innata que habitaba en su mirada? me pregunté.

-¡Vamos tenemos que subir la escalera!- le ordené con voz firme y decidida.

-¿Cómo lo hago amiga mía?- me respondió afligida. Me limité a no decir nada, solo le tendí mis manos temblorosas y ella las tomó decidida -agárrate fuerte querida, ahora yo soy tu bastón-.

#Palagrafías Relatos de 300 palabras.






 

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