domingo, 26 de febrero de 2023

 

APRENDIZ DE PSICÓPATA

 

¿Y si hablamos como lo hacíamos antes? ¿Recuerdas aquella calurosa tarde de julio?

-Te espero a las siete en el banco, no creo que aguantes el paseo- me retaste durante toda la tarde y yo acepte la desafiante proposición sin dudarlo.

Salí a toda prisa de casa - ¡mierda se me olvido el agua¡- exclamé, eran las siete y dos minutos, odiaba llegar tarde.

Allí estabas esperando junto al banco, podrías haber avisado que sería una caminata de dos horas a cuarenta grados a la sombra y que tú tampoco llevarías suministro, al menos resguardabas la cabeza bajo una gorra roja y la camiseta de color naranja que te hacía parecer una clementina se veía fresquita.

Charlamos y reímos hasta que la vista empezó a nublárseme por la falta de líquido, te recuerdo diciéndome en tono gracioso que me caería a la cuneta del camino. Yo solo alcanzaba a ver como las olivas me engullían cuan monstruos hambrientos y a lo lejos escuchaba como la sirena de la ambulancia resonaba en mi imaginación ¡vaya cuadro, el sincope era inminente!

Aún sumida en mi delirio, pude observar las figuras de un grupo de señoras que hacían su recorrido rutinario y como si de un milagro se tratase, avisté a duras penas, como una de ellas sostenía en sus manos una botella de agua semicongelada. Entiendo que vio mi cara de sofoco porque me ofreció un trago y la vida volvió a mí de repente. A lo lejos se divisaba una panorámica espectacular del pueblo que anunciaba el fin de la atropellada ruta rural.

“La tarde en que quisiste matarme por primera vez” fue solo un espejismo de la realidad que se avecinaba, aunque siento comunicarte que sigo más viva que nunca a pesar de tus ataques.

¡No subestimes mi fuerza!




Reto en que el participo. Escribir un relato de 300 palabras que comience con la frase #ysihablamos 

Foto tomada por mí en Begíjar (Jaén)



 Relato ganador de la semana en Escritura Creativa para Aficionados





miércoles, 8 de febrero de 2023

 

LA VIDA ES SUEÑO

 

Aquella tarde de abril la húmeda hierba bendecida por la lluvia del medio día, calaba en nuestros pies desnudos profanándolos hasta los huesos. La suave brisa de la que la atmósfera gozaba era sumamente agradable y los rayos de sol afloraban tímidos tras las nubes que había dejado la tormenta, iluminado nuestros rostros jubilosos.

César me tomaba fuerte de la mano y mientras decoraba cariñosamente mi pelo trenzado con una flor violeta, me regalaba una sonrisa cautivadora. Sabía que ese gesto suyo me desarmaba por completo y no dudaba en utilizarlo a su favor.

- ¿Ves aquella nube, la más grande? Algún día seremos tan libres como ella- me dijo mientras hundía en mis pupilas una mirada súbita.

- No tengo tal certeza, nuestra vida no es tan fácil como la de un cuento de hadas, ni siquiera se le parece- le contesté con algo de tristeza en mi voz.

Seguimos caminando en silencio agarrados de la mano, mientras las energías se conectaban en forma de corrientes tórridas que traspasaban nuestras almas sin compasión. Al final del prado se podía avistar un hermoso puente de piedra al que nos dirigimos atraídos, pues un magnetismo nos acercaba hasta él de manera sobrenatural.

- ¡Ven rápido! - grité mientras me soltaba de su mano, pues no podía creer lo que en mis ojos se proyectaba. Un río de lava ardiente atravesaba el puente, pero no desprendía calor si no un frío gélido que me hizo estremecer. Volví la vista atrás y lo puede contemplar estupefacta, su sonrisa se había transformado en una mueca malvada, y sus manos, ahora garras, me empujaban hacia un abismo infinito.

- Abre los ojos, no todo es lo que parece, una pesadilla la tiene cualquiera. - me susurro suavemente al oído y me besó en la mejilla.


#palagrafías. Relatos de 300 palabras.










 

LOS CISNES NEGROS

 

Cuentan que existe un lugar de aguas cristalinas habitado por miles de cisnes blancos de plumaje impoluto y engalanado donde nadar a favor de la corriente es bastante placentero. La paz que el emplazamiento concede a los que allí residen, les proporciona la seguridad y el confort necesarios para vivir con tranquilidad y poder llevar así una vida aparentemente feliz, a cambio de todos estos lujos todos deben cumplir una serie de estándares impuestos normalmente por sus predecesores.

Yo nací en este lugar y durante muchos años nadé al compás de mis compañeros pensando que hacía lo adecuado, aunque siempre me costó acatar las normas que se me impusieron desde pequeña yo me obligaba a respetarlas. Era mi forma de concebir la existencia.

Un día decidí comprobar como sería bracear a contracorriente y emprendí el viaje más duro de mi vida pero también el más fascinante. Los demás me contemplaban atónitos  pensando de mí que era una  autentica kamikaze y me tacharon de loca, a veces yo también lo consideré de mi misma aunque ahora sé que estaba totalmente equivocada.

No fue fácil ir en contra de lo que yo conocía como vida, pero con el tiempo, la sensación de libertad que me proporcionaba no hacer lo políticamente correcto en una sociedad de cisnes, donde cada acción o pensamiento distinto a lo habitual estaba mal visto, me hizo corroborar que durante mucho tiempo viví en una burbuja de felicidad efímera donde el denominador común se llamaba comodidad.

Hoy me autodenomino como un cisne negro y en esta aventura  tan desorbitada que emprendí, he podido compartir con otros de mi especie. Ahora no guardo las apariencias, no me importa el que dirán y me zambullo valiente y enérgica a contracorriente persiguiendo mis sueños.

¿Eres un cisne blanco o un cisne negro?


#palagrafías Relatos de 300 palabras.




Relato ganador del concurso semanal "Escritura creativa para aficionados"