PLEGARIA
AL CRISTO DE LA VERA-CRUZ
Queridos vecinos:
Otro septiembre más nuestro
pueblo se viste de gala para venerar al Santísimo Cristo de la Vera-Cruz, su Patrón.
Desde ese pedacito de cielo que es ahora su restaurado camarín construido con
amor y devoción, el rey de Begíjar cuida durante todo el año de sus queridos hijos
derramando paz y esperanza sobre ellos como buen padre.
Lo visito a menudo y me
detengo ante su rostro divino, y es al contemplar su cuerpo en la cruz
sacrificado por nosotros y la salvación de nuestras almas cuando esa fe que, a
veces por circunstancias de la vida se tambalea, se convierte de manera
inmediata en un lazo fuerte que vuelve a unirnos como hija y padre.
Septiembre es el mes de los
nuevos comienzos. Así que cuando llega el día veinticinco y nuestro Señor es
portado con fervor por las calles de Begíjar, le pido que todo lo malo se aleje
de mí y que la nueva etapa que comienza en ese momento esté plagada de buenos
momentos y enseñanzas que saquen a relucir mi mejor versión.
Dicho esto, analizo
profundamente cual es el verdadero significado de esta tradición de celebrar
las fiestas y llego a la firme conclusión de que el plan divino es la unión de
todos los vecinos en esta víspera, dejar los rencores y diferencias a un lado
para aprender unos de los otros como hermanos que se aman y se necesitan en
ciertos momentos de la vida. ¿Acaso no lo hacemos con nuestros hermanos de
sangre? Pues hacerlo con nuestro prójimo es el objetivo a cumplir.
Hagamos todos en estos días tan
importantes para nosotros un autoanálisis minucioso y saquemos nuestras propias
conclusiones, pues el Padre nos conducirá por el camino correcto para
realizarlo con éxito. Celebremos la amistad, el perdón, la esperanza y la fe, y
reflexionemos sobre que podemos cambiar para avanzar desde el amor y la
compasión por el otro en este complicado sendero en el que a veces se convierte
vivir.
A todos mis vecinos, les deseo
salud para que puedan disfrutar de muchos más septiembres mágicos junto a
nuestro Patrón y que las campanas de nuestra parroquia de Santiago Apóstol
repiquen en sus vidas cada día del año para llenarlas de momentos maravillosos.
Señor, vela por todos los
begijeños cada día del año, especialmente por los más desamparados. Desde tu
humilde morada proporciónales ese aliento y esa fuerza que tanto requieren para
su alivio y arrópalos con el abrazo de la esperanza.
Ésta es mi humilde plegaria:
Llénanos,
Señor mío, el corazón de alegría
y
que tu rostro sea la luz que cada día nos guía.
Tú,
que moriste en la cruz por todos tus hijos queridos,
ayúdanos
a caminar cuando nos encontremos perdidos.
Bendito
seas por siempre.
Felices fiestas del Santísimo
Cristo de la Vera-Cruz.

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