EL RINCÓN DE MIS SENTIDOS

ABSTRACTA MEDICINA

Caminábamos despacio por los pasillos de la pequeña galería improvisada en la vieja cantina, en un rincón escondido de la zona monumental de la ciudad. Un plan ideal de lunes para pasar el rato juntos, aunque Lucas no entendía muy bien el sentido de ese paseo.

Los cuadros, tan abstractos como sus pensamientos arrojaban miles de colores que se estampaban en nuestras pupilas expectantes y dilatadas ante tal espectáculo de pigmentación y luminosidad.

- ¿Por qué me has traído aquí? Sabes que no me gustan los cuadros, dijo algo aburrido.

- Solo quería que observaras el arte que estos esconden y que me dijeras ¿Qué ves? Analízalos le contesté, necesitaba su respuesta sincera.

Tras media hora deambulando en silencio por los solitarios corredores, exclamó.

- ¡No los entiendo! Sus colores son bonitos, hace rato que intento identificar alguna figura real en ellos, pero me es imposible, lo siento Susana no logro ver nada. - espetó rendido ante el reto que le había planteado.

Tomé su barbilla alzando su rostro hacía el mío, mientras mis ojos color avellana se fundían en la oscuridad de sus pupilas negras que desprendían un brillo deslumbrante.

- Tranquilo, a veces a mí me pasa, sobre todo cuando intento entender que ronda por esa cabeza dura- le contesté mientras le sonreía dulcemente.

Me devolvió una tierna carcajada, mientras rodeaba sutilmente mi cintura con sus robustas manos que arrojaban un calor abrasante sobre mi piel.

-¿Dime que sientes? Le susurré al oído mientras todos los huesos de mi cuerpo eran atravesados por un éxtasis placentero.

-Me curas con cada abrazo en los que nuestras almas se entrelazan, no dejes de hacerlo nunca, aunque a veces todo sea un poco abstracto- murmuró mientras me acunaba en su pecho.

-Eternamente seremos nuestra medicina. - aunque el mundo no lo entienda.

Galería de arte en Baeza. Foto tomada de la red.