LA
INCONDICIONAL
Todo comenzó una bonita tarde de
septiembre, el otoño inminente empezaba a lanzar cuan dardos silenciosos, los
primeros atisbos de la estación venidera. Con Santiago cogido de mi mano,
irrumpí estrepitosamente en esa pequeña aula de colegio, aquel día cualquiera,
de un año aparentemente irrelevante.
Lo puede sentir de manera
inmediata, pues aquellos ojos felinos de color verdoso, ponían en pie cada
milímetro de mi piel mientras me escrutaban tímidamente.
¿Quién no ha escuchado hablar
alguna vez de ese hilo rojo que une nuestro destino a una persona concreta? En
ocasiones, nunca llegamos a coincidir con esa alma gemela, la que nos hace
vibrar sin saber ni cómo ni por qué. Yo pude experimentarlo y es algo absolutamente
mágico. Cuando te sucede sabes inmediatamente que jamás tendrás esa conexión
especial con nadie más y entiendes, que esa persona siempre será irremplazable.
Mi psiquiatra me escuchaba con
los ojos muy abiertos mientras le narraba todo el caos que aconteció meses
después, entre tanto, me repetía una y otra vez “tienes que aceptarlo, suelta y
deja ir”, ¿creéis que fue fácil?
Con el mismo dolor como el que
amputa lentamente un miembro de su cuerpo, comencé a rasgar aquel hilo que nos
unía con uñas, dientes y lágrimas en el corazón, debilitándolo hasta el punto
de pensar que conseguiría destruirlo. El
hilo mágico se desgasto hasta niveles sorprendentes, pero jamás se quebró.
Todo tiene un por qué, nada es
casual y toda experiencia o persona trae consigo un aprendizaje para nosotros,
en este caso a través de la debilidad de este hilo, dio comienzo la aventura
más extraordinaria de mi vida, un viaje maravilloso hacia mi interior que me
dejo como aprendizaje que lo más valioso que se puede regalar a una persona es
el amor incondicional.
NANKURUNAISA = “Todo irá bien”
Hay relatos que cuestan demasiado trabajo escribir, aún así, creo que quedó algo bonito, a pesar de todo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario