En el bosque de la vida cada
árbol que nace es especial, unos nacen pequeños y débiles, otros grandes y
robustos, pero todos diferentes, de
color, de tamaño, de naturaleza. A lo largo de su existencia cada árbol
experimenta diferentes etapas, algunos ya de pequeñitos nacen enfermos y mueren
aun siendo retallos, otros tienen tantos años que pareciera que su tronco jamás
se va romper pero al final, con el paso del tiempo acaban por secarse, sus
hojas se marchitan y sus fuerzas de desvanecen. Entre medio tenemos los arboles
jóvenes, esos llenos de vitalidad y hojas nuevas que tiran con fuerza hacia
arriba, esos que miramos y creemos que jamás van a marchitarse, eso sería lo
normal, que jamás murieran jóvenes, pero por desgracia aunque no es lo habitual
esto también sucede y por diferentes causas, algunos enferman y por mas abonos
y cuidados que les demos terminan por morir, otros por la mano del hombre son
talados arrebatándole así la vida joven que les queda por delante, y otros
simplemente por un accidente en un segundo pierden su vida. Como digo en este
bosque que es la vida hay árboles de todas las calañas, buenos y sanos y
también enfermos y dañinos, entre medias muchas malas hierbas y muchos
obstáculos que sortear para salir a delante. Así que amigos en esta vida
arrimaos a buenos arboles, intentad sortear los obstáculos que se os presenten
y disfrutad de vuestra existencia lo mejor que podáis porque quien sabe si hoy
estamos aquí plantados y mañana solo somos hierba y ramas secas, espero que
tengáis mucha suerte y nunca os toque una enfermedad que marchite vuestras
hojas o una plaga que os destruya, sed fuertes y superarlo porque merece la
pena vivir para ver como el sol cada día irradia su calor sobre nuestras copas
y sobre todo haced caso a vuestros mayores pues los arboles viejos tienen la
sabiduría de la experiencia, tomad ejemplo y seguid sus consejos yo siempre
tengo en cuenta esta frase que un día me dijo un anciano: “Al que buen árbol se
arrima, buena sombra le cobija”.
Dedicado a todos aquellos arboles
amigos, familiares o conocidos que por diversos motivos dejaron de vivir en
este bosque, cada pedacito de vosotros vive en mi corazón de árbol, y cada día
os recuerdo en cada rama florecida, en alguna hoja brillante o en cada pequeña
gota de rocío de la mañana, cada vez que yo crezco vosotros crecéis conmigo en
mi interior de árbol.

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