Veo junto a su reloj unos
números grabados en su piel, a
fuego ha decidió tatuar en su cuerpo cada una de las historias que ha vivido,
pero esa fecha es un tanto especial, le recuerda el día más maravilloso de su
vida o quizá también el más horrendo. Desde la oscuridad y soledad de su celda piensa
en su angelito, en cómo serían sus vidas si todo hubiera sido mejor para ellos.
Le canta nanas cada noche, le habla cada día y entre una mezcla de pena, rabia
y culpa, sabe que ya no hay vuelta atrás y que nada volverá a ser como antes.

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