Yo la abrazaré bien fuerte y me la llevaré conmigo, eso dijo mi abuelita
Valentina envolviéndome en sus brazos. Yo
estaba feliz, pues siempre me habían hablado de ella y por fin la conocía, sonreí entonces,
suspiré profundamente y mi pequeño cuerpo quedo
inmóvil. La tía Cándida me vestía con el
traje de domingo, ¡estaba realmente guapa!, pero en casa todos estaban tristes, papá y
mamá se abrazaban entre sollozos y vestían una indumentaria un poco desagradable
para mi gusto. No te preocupes cariño, ellos estarán bien, nosotras los cuidaremos
desde el cielo. Ahora vámonos tenemos un largo camino por recorrer y me besó en
la frente.

Esta historia relata la muerte de mi tía Valentina de apenas dos años, mi madre que era una niña de tan solo 6 años cuenta que murió sonriendo y con su vestido nuevo de lunaritos de colores, desde luego no podía dejar pasar la ocasión de relatar este cuento tan duro como real.
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