No, claro que no queremos, es una posición bastante incómoda para nosotros, pero las circunstancias nos han llevado hasta
ella. Cada día contemplo con asombro como la cola de personas va aumentando por
momentos, observo a todos ellos y puedo ver reflejada en sus caras, la
necesidad, la impotencia y la tristeza. Pienso que quizá hayan sido empresarios
con buenas casas y grandes coches, pero allí están, en mi mismo sitio, ahora
son un insignificante número más de la fila.
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-Es el
mío, ¿Qué tenemos hoy para comer?
-Pasa
Felipe, hoy tenemos caldo de pollo, con este frío vendrá bien para reponer
fuerzas-

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